Federico González Frías

Defensa de Montjuïc
por las Donas de Barcelona

 
Portada de la novela Defensa de Montjuic en la editorial Libros del Innombrable

en catalán
versión catalana en web Marginalia

Con la colaboración de Mireia Valls
y la de Mª Angeles Díaz y Margarita Batlle
A Mireia, ángel colaborador,
a la Colegiata Marsilio Ficino,
y a Tukis, siempre.
I Parte

1

En junio del 2007 se sucedieron una serie de hechos extraordinarios en la ciudad de Barcelona que quiero plasmar con lujo de detalles de acuerdo a las investigaciones que he realizado al respecto y la parte que me tocó representar. Se trata de una verdadera epopeya que la ciudad no podrá olvidar y que ha servido como ejemplo para la nueva Europa. Un pequeño grupo de mujeres, un minúsculo colectivo, toma conciencia de lo que estaba sucediendo con su monte sagrado, el Montjuïc, padre y también madre de su ciudad que está siendo profanado por diversos grupos de delincuentes. Esta comprobación asombrosa, efectuada por métodos que tienen a esta triste realidad como conclusión de errores sucesivos es, en definitiva, capaz de generar la revolución que en defensa de la montaña y encabezada por las mujeres de Barcelona dará lugar a la toma de la ciudad por tres días inolvidables, inmovilizándola y poniéndola ante los ojos de todo el mundo.

Esta gesta tuvo personajes medulares entre las mujeres que la promovieron, los que aquí son develados, y también por el periodismo en general, que jugó un papel fundamental en todo esto. Los nombres de Julia Blanch, Nuria Gilbernat y sus compañeras de la Fraternidad Espiritualista de Cataluña, y en la prensa mediante Laia Prats y Asdrúbal Costa, así como los de Joan Casals y el ecologista Fernando Hernández, fueron algunos de los más significativos de todo este extraño tejido que se fue urdiendo en derredor de la trama de este magno suceso.

No sé si mis fuerzas me bastarán para esta empresa, que necesitaría una escuela de rapsodas para ser debidamente narrada, pero quiero dar mi testimonio personal porque parecería que la grandeza de tales acontecimientos ha sido ocultada para ser silenciada inmediatamente después de su proyección. En todo caso, me he permitido imaginar algunas escenas que fueron reales según mis investigaciones, aunque no asistí a muchas de ellas sino a través de los protagonistas antes mencionados. Vaya con esto mi homenaje a la mujer catalana, a su fuerza e integridad.

2

Hermana Superiora:

– Queridas Hermanas, hoy, 27 de abril de 2007, día de la Virgen de Montserrat, tendremos otra reunión de nuestra Fraternidad recordando que nuestros trabajos se han multiplicado, y por peligros que se han atisbado pasarán nuestras reuniones a tener un carácter permanente, es decir, con alerta roja como se hace en casos extraordinarios. Para eso la tenemos a Margarita, que ha investigado en varias fuentes y que nos dará distintas versiones basadas en diversos campos y mostrándonos la actualidad de estos estudios, así como la precaución con que debemos tomar a las alertas que se han ido manifestando día tras día. Hermana Margarita, podéis pasar a dar vuestra explicación.

La Hermana Margarita tomó la palabra desde su puesto, que se convirtió así en una tribuna. Desde su banca produjo el siguiente discurso sentada, aunque por momentos se levantaba y mostraba planos y papeles y se dirigía a una pizarra situada cerca de ella donde había desplegado un gran mapa del peñón de Montjuïc. Era una mujer acicalada con el pelo un poco revuelto y con anteojos, lo que le daba un aspecto intelectual, si así pudiera decirse.

– En primer lugar diré que tal vez os sorprenda lo que expondré comenzando por el principio: en la mitología se dice que Montjuïc era una isla. Esto está comprobado científicamente y me llama la atención haber leído la semana pasada un artículo así llamado en la revista telemática SIMBOLOS, pues la autora parece desconocer, como la mayor parte de los que vivimos aquí, esa circunstancia y habla de ella en sentido figurado, y esto es lo curioso, de modo un poco profético. Recomiendo a todas la lectura de este artículo de Mireia Valls. Recuerdo que en otra ocasión leí un estudio aparecido sobre Deméter que también tiene íntima relación con nuestra madre-padre, el Mons Jovis por Júpiter y en el mito por Heracles, aunque la Ceres romana parece primar con todo derecho en su interpretación como la madre de Barcelona, a la que ha parido para defenderla contra las aguas, lo que ha dado lugar a la plana donde posteriormente se creó la ciudad.

Aquí intervino otra mujer joven, que dijo:

– Discúlpame la interrupción, pero al hilo de lo que dices he leído que también Barcelona ha sido construida con la piedra de la montaña. Por ejemplo la Catedral, Sta Mª del Mar, la Sagrada Familia, Correos y toda la Vía Laietana, el Ensanche, etc…

La Hermana Superiora manifestó:

– Se agradece la intervención, pero se debe pedir la palabra, Hermana, como es costumbre.

La Hermana Margarita prosiguió:

– Se ha mencionado a Heracles como fundador de la ciudad, lo cual es verdadero, pues al regresar de sus viajes y de la guerra de Troya, recaló con los argonautas en la costa catalana, y tal como había prometido fundó la ciudad a los pies de Montjuïc, y la colonizó con los pocos soldados que habían quedado en la barca novena, que los romanos transformaron en la barca nona, de ahí el nombre de Barcelona.

La Hermana Superiora tomó la palabra:

– Resumiendo, es una montaña por la que corren las aguas, tanto las de la lluvia (aguas superiores) como las subterráneas (aguas inferiores). Una tierra, un espíritu, donde la Tradición fija un pueblo en el mismo monte durante un tiempo, y más tarde en la planicie, que él antaño procuró, y donde sus casas, templos y murallas se edifican con la piedra igualmente extraída de él.

La Hermana Margarita apuntó:

– Sí, Hermana, y he aquí que desde una visión sagrada de la existencia y siguiendo las huellas que la historia y la geografía nos han ido dejando acerca de este cerro, descubrimos que Montjuïc es un espacio significativo, un pequeño-todo, una montaña-isla sagrada.

– Te agradezco estas informaciones, intervino la Hermana Superiora, que son propias del trabajo de la Fraternidad en estos momentos de fin de una etapa y comienzo de otra.

Se oyó la voz de otra mujer presente:

– Pido la palabra, Hermana Superiora.

– Concedida.

– Ayer en la noche he visto un programa en la televisión donde se decía que las guerras y las políticas de nuestro tiempo por el petróleo, como la de Irán o Irak, e incluso la situación en Venezuela, no tendrán lugar dentro de 50 años y se transformarán en batallas por el agua.

Otra Hermana solicitó la palabra.

– Podéis hablar, dijo la Superiora.

– A propósito de esto, el otro día en la reunión, cuando hablábamos del agua, se me ocurrió pensar que el uranio –vaya nombre, nada menos que derivado del cielo– en muchos casos se transporta en el agua, y entré en Internet donde encontré una página muy interesante de la que quiero leeros este trozo: "El uranio en el agua proviene de diferentes fuentes. La mayor parte proviene de la disolución del uranio de las rocas y el suelo por la acción del agua que fluye sobre o a través de éstos. Solamente una pequeña porción proviene de la deposición de polvo de uranio del aire. Parte del uranio simplemente está suspendido en el agua, como agua en lodo".

Otra Hermana presente observó:

– Si me concede la palabra, Julia asintió, hasta uranio tenemos, y cualquiera que tenga medios lo puede enriquecer en sus laboratorios. Estamos ante algo muy serio. ¡Cómo las naciones no se disputarían este tesoro de poder y miedo depositado en el Montjuïc!

Y otra Hermana pidió la palabra.

– He estado estudiando lo de las capas freáticas de nuestra montaña y he descubierto que Montjuïc tiene distintos tipos de agua; muchas vienen de los Pirineos; otras son más misteriosas y pueden contener incluso distintos elementos. Unas son aptas para beber, otras son medicinales y las hay, como se acaba de decir, que contienen uranio.

– A lo que habría que agregar, dijo la Superiora, que Montjuïc es un inmenso depósito de agua porque las capas freáticas de tierra dura han sellado un gigantesco tanque natural, que por sus flujos y reflujos que se infiltran por ósmosis las oxigenan constantemente, y añadió, Hermana Nuria, sería bueno que contactaras con la periodista de la que nos has hablado para comenzar a informarle de la situación trágica en que está Barcelona, como un ejemplo de lo que sucede en el mundo entero.

El ambiente de la sala ubicada en un sótano en cuya planta superior funcionaba la librería esotérica Karma, situada en el Paralelo de la ciudad, era un tanto oscuro, probablemente para fomentar la paz espiritual y no por falta de medios para pagar la cuenta de la luz eléctrica. Un cierto olor a incienso se expandía por la habitación mientras un numeroso grupo de acólitas parecían sumamente concentradas y atentas a esta ceremonia.

Prosiguió la que tenía la palabra:

– Ahora me gustaría que hablásemos un poco acerca de la teoría de la conspiración.

La Hermana Rosa pidió autorización para hablar.

– Un ejemplo flagrante de cómo las energías de fuerzas mayores a los hombres juegan una partida que afecta a su destino son las huellas increíbles que señalan a la aparición de América en el mundo, a su irrupción en la geografía y la historia del ser humano con sus múltiples consecuencias, gracias al descubrimiento, casi casual y profético de América por Colón y su posterior conquista, sobre todo la de México por Cortés, seguida veinte años después por la de Perú a cargo de Pizarro. ¿Cómo puede entenderse que apenas una centena de hombres derroten a poderosísimos ejércitos y vastos territorios, ingentes en tamaño respecto a Europa y en inferioridad numérica cercana a la proporción mil a uno, y aún respetando los ardides y méritos militares de sus protagonistas, si no es por la partida de ajedrez que los dioses juegan en otros mundos, y que los seres humanos tratan de comprender hoy en día recurriendo a la teoría de la conspiración, o sea a la danza de energías que hace posible las movidas de semejantes jugadas?

Intervino otra de las mujeres allí presentes:

– Me gustaría agregar a lo que ha dicho la Hermana Rosa, cuyos conceptos comparto completamente, que hay otras intervenciones al hilo de lo ya mencionado: intervenciones providenciales, las que también explicarían la aparición de la moda, en su sentido más amplio y trascendente, que hace que hasta las mismas enfermedades sigan sus misteriosos ritmos, como es la irrupción de las alergias e irritaciones de nariz, garganta y oídos, e incluso bronquiales a comienzos del siglo XX; o en la actualidad la del reflujo estomacal casi unánime, o aun los males incurables como el cáncer, hoy fijado en la aparición sorprendente de numerosísimos cánceres de piel hasta ahora desconocidos, o la manifestación de pestes, nombradas en todas las profecías y que tal como el sida, o el ébola y otras varias, han aparecido de modo simultáneo a fines del mismo siglo. ¿Qué fuerzas misteriosas mueven nuestros destinos? ¿Cómo se explica que un solo ser humano como Marsilio Ficino haya recuperado el saber de la antigüedad y proyectado nuestra ciencia y nuestro arte hermético desde el Renacimiento italiano hasta el día de hoy? ¿Y cómo entender que un solo hombre y su geometría, como es el caso de Descartes y su racionalismo, pueda haber llevado a la humanidad a tamaños engorros, para no decir abismos? ¿Cómo comprender todo esto sino por la participación de fuerzas más poderosas que nosotros que habitan un lugar impreciso llamado más allá, y que manejan la conspiración que soportamos de continuo los seres humanos?

A lo que la Hermana Nuria respondió:

– Se puede agregar, según creo, que la bondad o maldad de los dioses es absolutamente relativa y en épocas de fin de ciclo tienen que planear rápidamente, pero nunca con ordinariez, acciones inmediatas dada la velocidad que han adquirido las circunstancias y también de modo múltiple inventando jugarretas, ya que su misión es acabar con una civilización y sus posibilidades de renacimiento, lo cual hace que actúen en los campos más diversos efectuando tareas de "limpieza", es decir, de destrucción en varias instancias y de distintos modos a la vez, lo que es como una conspiración potenciada que puede incluso enloquecer a quien es capaz de percibirla. Así se van concatenando elementos disímiles que parecen no tener relación entre ellos, pero que unidos de modo sucesivo se pueden interpretar como series lógicas que van expresando un sentido oculto que estaba escondido cuando los elementos aparentaban no tener relación entre ellos. Y esos son los mensajes que se reciben –y a la vez la forma de escapar del pandemonio–, los que terminan configurando una conspiración evidente.

Contestó otra de las presentes:

– Hermana Superiora, ¿puedo pedirle a la Hermana Nuria que se explique un poco más y que agregue sentido a sus palabras con otros ejemplos?

Y la Hermana Nuria replicó:

– Constantemente la realidad teje y desteje la trama y la urdimbre de nuestro tejido. ¿Por qué estamos aquí? ¿Qué nos ha traído a ti y a mí a este sitio?, y luego, aceptando el hecho de que las cosas son así, sin más, ¿por qué tú estás ubicada en la coyuntura espacial en la que estás y no un poco más a la derecha, o enfrente de ti misma contemplándote? ¿Por qué estamos permanentemente en las situaciones en que creemos estar y no en otra cualquiera? ¿Qué hace que sea así, y quién controla el hecho de que esto se produzca? ¿Qué ser o conjunto de seres maneja las riendas, o mejor, los hilos de este tablado de teatro de títeres? ¿Es todo producto de la casualidad? ¿El destino es ciego tal como se lo pinta, o acaso sólo estamos jugando papeles en una representación teatral?

– Muy grueso, Hermana, lo que dices. Lo entiendo y no lo entiendo. No sé si quiero o puedo comprenderlo, respondió otra Hermana.

Nuria prosiguió:

– Las coordenadas siempre cambiantes de lo que nos lleva a esto o a aquello por suerte están sujetas a un orden, aunque invisible porque lo desconocemos. Esa es la idea de una matriz, de un modelo, que nos limita y por ello nos da la posibilidad de ser y comprender, al fin y al cabo, la misma cosa.

A lo que contestó la Hermana que parecía joven por la frescura de su voz, empero, no se la veía por llevar puesta la capucha.

– ¿Quieres decir que ése es el mundo de lo arquetípico? ¿Aquello que es verdaderamente la Idea? ¿Y que a través de sinuosos recorridos descendentes llega a cristalizar en hechos y factores humanos? ¿Que lo invisible se hace visible y sensible?

– Sí, aseveró Nuria.

– Pido la palabra Hermana Superiora para constatar lo que está diciendo nuestra querida Nuria.

La superiora miró a Nuria y ésta asintió con un movimiento de cabeza.

– Concedida.

– Me he enterado en el instituto de la Universidad, que en Guatemala hay un grupo de creyentes cuyo numen es el Adversario, al que le achacan todas las desgracias que padecen a consecuencia del mundo moderno y que es capaz de utilizar todos los métodos para tratar de eliminarlos. Es el rey de la mentira y el fraude, el soberano de la corrupción y el delito y por definición el quebrantador de las promesas y el príncipe del engaño. Se le achacan todos los males económicos y sociales, se lo personifica como un político, un empresario, o el integrante de pandillas juveniles y mafiosos. Se vale del engaño, la extorsión, incluso la tortura para lograr sus fines. Pero sobre todo es conocido por su astucia y el cinismo y la frialdad de los integrantes de su banda, un ejército de intelectuales y asesinos. Ostentan siempre el poder y se encuentran en todas las encrucijadas. Aparentan ser francos y generosos, incluso artistas y sabios, comerciantes honrados y aún filántropos. Fingen hacer el bien e incluso dictan leyes morales que ellos fraguan para violarlas.

Carola se detuvo en seco después de este discurso que la dejó sin aire, exhausta y bastante mareada, ya que se la vio trastabillar. Una Hermana le acercó caritativamente un vaso de agua que bebió a sorbos pequeños, antes de agarrar fuerzas y recomenzar:

– Se caracterizan por ser muy sutiles e inteligentes y su labor consiste en cerrar todos los caminos, en asfixiar al ser humano, ya se trate de hacer el "mal", o el "bien", ambos entrecomillados.

Un murmullo de asombro corrió por la asamblea de mujeres.

– Sí, se afirmó Carola, por un lado asesinan para apoderarse de lo ajeno, por el otro viven de la mendicidad. Se dedican a hacer desaparecer todo lo humano que tiene el ser. Cierran el camino a cualquier posibilidad de pensamiento y lo hacen por dos grandes métodos. Por un lado execran la razón y ensalzan el sentimiento, es decir, predican que es malo pensar, por el otro distraen a la mente con materiales embrutecedores. Usan de la violencia para provocar la paz y en ésta, dicen, se genera la violencia. Tienen todo copado y toda pregunta incluye una respuesta. De hecho con cada acción se produce una reacción.

– ¡Asombroso!, manifestó alguna de las concurrentes.

– Para entrenarse, siguió impertérrita Carola, utilizan un juego, una especie de ajedrez multidimensional, como ha dicho Rosa, con el cual pueden neutralizar cualquier intento liberador, incluso de modo represivo. A este arte, que incluye entre otras muchas cosas el cálculo de posibilidades, lo llaman el panludo y se practica simultáneamente en tres mundos distintos y las jugadas pueden ser en número indefinido. La práctica consiste en acorralar al adversario y chuparle la vida. Pero lo curioso es que los devotos de esta creencia creen que el Adversario es un auténtico Dios pues destruye con sus jugadas a la maldad intrínseca de la manifestación universal.

A esta larga explosión de Carola siguió un largo silencio, el que fue interrumpido por la Hermana Superiora que dijo:

– Esta reunión por momentos nos ha excedido. No sé qué debemos comprender, y ni siquiera si tenemos que comprender algo con nuestro condicionamiento impuesto desde la niñez, que puede que no sirva para ello. Pero en un caso o en otro, en esto o aquello, no debemos dejar de advertir lo que sucede en nuestra situación y proyectarlo sobre hechos concretos, como los que están ocurriendo alrededor de la toma del Montjuïc, al que debemos defender de los ignorantes y depredadores, al igual que si se tratara de la salvaguarda de la Utopía o el mito.

A lo que Nuria respondió:

– No es que las palabras no tengan un sentido racional sino que es mucho más poderoso su sentido oculto, y sin embargo actuante, que las sobrepasa, como sucede con la obra de Shakespeare o el Evangelio, sin ir más lejos. Vivimos en un mundo de palabras como si fuera la arquitectura de un castillo de naipes.

– Al que debemos defender de la invasión de la ignorancia o de la mala fe, contestó la Superiora.

La Hermana Nuria visiblemente emocionada acotó:

– Recordaremos perpetuamente tus palabras.

– Me parece que el tema ha sido muy bien sintetizado, agregó finalmente la Superiora. Os recuerdo que en la próxima reunión la Hermana Margarita terminará su interesante exposición de hace un rato. Y recordemos también que estamos en alerta roja, trabajando a marchas forzadas, ya que nos encontramos asediadas. El monte que dio origen a nuestra ciudad y es el símbolo que la representa es atacado por todos los flancos por una chusma infame de ladrones y desconocidos que han puesto sus ojos en él por distintos motivos, igualmente profanos. Y aunque durante varios siglos los habitantes de la ciudad lo conservaron y aun embellecieron, hoy día quieren apoderarse de la madre de nuestra ciudad. ¡Os llamamos mujeres de Barcelona a defenderla!

Desde luego que he dado forma a las palabras con que se efectuó esta ceremonia. Pero me consta que, término más o menos, éste fue el contenido de esa sesión según me lo han contado personas que estuvieron en ella. Por otra parte, el tema del espiritualismo en aquellos días no era mi fuerte y siempre lo vinculaba con médiums y acontecimientos paranormales. Sin embargo, el tipo de diálogo que he trascrito no formaba parte por aquel entonces de lo que entendía por espiritualidad, sino que lo emparentaba con asuntos más interesantes para mi gusto, sobre los que volveremos.

3

Sonó el teléfono.

– Hola Laia, soy Nuria Gilbernat, y aunque no nos conocemos yo he seguido muy de cerca tu carrera periodística, que admiro bastante. Sé que te han destinado a cubrir la información de Montjuïc y tendría interés en conocerte para poder intercambiar impresiones, además de ciertas informaciones que creo pueden interesarte sobre la movida en la zona. Somos colegas porque soy corresponsal del ADN de Montjuïc, Poble Sec y Sants y trabajo en La Voz de Montjuïc, una emisora de radio local.

– Mucho gusto Nuria, respondió Laia. Tengo interés en tus informaciones, puesto que estoy un poco en Babia acerca del tema impreciso que me han encomendado en la redacción del periódico y no sé por dónde comenzar.

– ¿Qué tal si tomamos un aperitivo en el Botón Charro del Paralelo?

– De acuerdo. ¿Te parece mañana a la una?

– Hecho, vale.

Ni lerda ni perezosa ya estaba Nuria contactando periodistas con esa compulsiva diligencia que la caracterizaba y haciendo relación con Laia, una mujer joven y bonita, también muy diligente y buena periodista.

4

Esa noche, a su vez, Laia Prats de El Periódico, llamó al redactor de El País al que habían encargado cubriese el tema de la montaña de Montjuïc y Barcelona que ya era del interés de los grandes periódicos.

– … te conozco porque he leído tus colaboraciones en El País y me parece que tanto tú como yo tenemos ahora trabajos semejantes, ya que tras tu corresponsalía en Kosovo e Irak te han destinado como a mí a cubrir la información sobre el affaire de Montjuïc. No sé si estarás embargado por la misma extrañeza con la que yo he recibido este encargo.

– Me alegro de conocerte y de tomar contacto contigo. Me encuentras ahora en un mal momento porque estoy muy ocupado pero me interesaría hacer una cita por diversos motivos que ya conversaremos, contestó Asdrúbal Costa.

– ¿Te iría bien quedar mañana en el Botón Charro donde me he citado también con un personaje curioso que ha aparecido estos días? Es otra periodista que dirige una pequeña publicación llamada el ADN de Montjuïc, y trabaja en una radio que depende de esta revista, la cual tiene mucha aceptación por estos barrios de Montjuïc, Sants, Poble Sec, L'Hospitalet, e incluso toda Barcelona. Su nombre es Nuria Gilbernat, y vale la pena porque es muy especial y posee mucha información, al parecer.

5

Estas primeras entrevistas en las que participaron Nuria, Laia Prats y Asdrúbal Costa fueron decisivas para el posterior cariz que tomaron los hechos. Estamos ahora en el Botón Charro, un lugar pequeño atestado de gente donde es difícil conseguir mesa. Comerciantes y empleados y algún turista se ocupan de manducar a dos carrillos las especialidades marineras de los dueños, las que ellos mismos cocinan y sirven auxiliados por algún personal. Su trabajo es vertiginoso y es difícil entender cómo no se les caen los platos al suelo, o cómo son capaces de no olvidarse de los pedidos de las mesas. Se ve bien buena la comida y Asdrúbal, después de pasar un tiempo petrificado en la barra y rezando para que no se le cayera encima el contenido de alguna fuente, vio aparecer a Laia, a la que reconoció inmediatamente, lo mismo que ella hizo con él, pobre ciudadano inocente sujeto al martirio de la velocidad del servicio y de los platos que pasaban a pocos centímetros de su cara.

– Asdrúbal Costa, presumo, dijo Laia sonriente.

– No estoy seguro de mi integridad física pero pienso que todavía soy el mismo, respondió Asdrúbal.

– Veo que ya has reservado mesa.

– Sí, por suerte ha sido un trámite rápido.

En el camino hacia la mesa, como siempre, Asdrúbal escondió su cojera. Se sentaron uno frente al otro y el mozo les dio sendos menús.

– ¿Qué es bueno aquí?, preguntó Asdrúbal.

– Todo, dijo Laia, pero las raciones son enormes, por lo que hay que pedir una sola.

– ¿Y tú qué vas a comer?

– Yo pulpo a la gallega, aunque la última vez que estuve no me lo pude terminar.

– ¿Estaba malo?

– Estaba muy bueno, pero era demasiado abundante y en el fondo tenía unas papas exquisitas a las que no pude llegar. ¡Pero si no es aquí, dónde lo voy a comer! En casa ni tengo los elementos ni sé cocinarlo.

– ¿Pedimos o esperamos a tu amiga?

– Mira, por allí aparece, ya que supongo que es ella por la foto que acompaña su columna. Hola Nuria, siéntate, ¿qué quieres tomar? Luego, los presentó.

– Es que he venido un segundo, aclaró Nuria, y debo salir corriendo porque tengo un compromiso ineludible. Sin embargo aquí les quiero dejar un articulillo mío que ha salido esta mañana en el ADN de Montjuïc.

– Pero quédate, toma algo con nosotros.

– Sinceramente no puedo y lo siento mucho, pero ya me comunicaré contigo en pocos días.

Y mientras se despedían, dirigiéndose a Asdrúbal:

– ¡Qué raro nombre, Asdrúbal!

– Sí, no sé por qué me lo pusieron. Fue idea de mi madre pero siempre me ha parecido muy extraño, pues nadie en la familia lo lleva.

– ¿Y te has preguntado alguna vez cuál es su procedencia?

– No, pero ahora me has despertado la curiosidad y lo buscaré esta noche en Internet.

Nuria se marchó y Laia comentó:

– ¿No te dije que se trata de una persona extraña? Hace y dice cosas un poco raras, o más bien fuera de onda.

– Sí… la verdad es que por lo menos es veloz para las entrevistas. ¿Y qué dice su artículo?, inquirió intrigado.

– Te leeré un trozo mientras llega la comida:

ADN de Montjuïc, 28 de abril 2007
La extraña desaparición de las abejas
Nuria Gilbernat

"Especialistas investigan la enigmática desaparición de las abejas en todo el mundo. Entre las causas que están incidiendo en la disminución drástica de estos insectos se encuentran los cultivos genéticamente modificados, los pesticidas, plaguicidas, algún parásito intestinal, el cambio climático y las ondas electromagnéticas de la telefonía móvil.

Una de las cuestiones que se plantean los investigadores es por qué abandonan las colmenas y dónde mueren, ya que no encuentran los restos mortales de las abejas, simplemente desaparecen.

Otro de los investigadores de los colapsos, Dennis van Engelsdorp, especialista residente en Pennsylvania (EE. UU.), dijo al diario inglés The Independent, que era posible que 'los insectos huyeran de las colonias porque percibían que estaban contaminadas o afectadas de alguna manera. Este comportamiento también se ha registrado en otros bichos sociales, como las hormigas'.

Todo esto cobra mayor trascendencia si se tiene en cuenta que las abejas son los insectos más importantes en la cadena alimenticia humana, ya que son los principales polinizadores de cientos de frutas, vegetales, flores… ".

Hizo una pausa.

– Termínalo, que veo que es breve.

Y Laia leyó la segunda parte:

– "Diversos reportes de medios de comunicación que hablan sobre la baja en la cantidad de abejas citan a Albert Einstein, quien señaló que sin ellas, la humanidad dejaría de existir en cuatro años. Eduardo Pérez Obanos, investigador español, apoya esta tesis y asegura que sin las abejas la desertización sería casi total y algo que sólo puede conducir a la humanidad a una crisis alimentaria.

Por pequeñas noticias aparecidas en periódicos latinoamericanos, hemos sabido que chamanes y hombres medicina de algunas comunidades indígenas están exigiendo a sus gobiernos explicaciones y tomar cartas en el asunto. Sin duda nadie puede dejar de ver en esta misteriosa desaparición de las abejas (portadoras no sólo de miel y cera, sino del veneno de su aguijón utilizado como remedio –la apitoxina– para combatir la artritis, artrosis, reumas, lumbalgias, problemas de cervicales y dolores en general), una señal de alarma emitida por la Tierra y nuestro ecosistema.

Todo ello nos plantea ¿hasta dónde estamos dispuestos a seguir creyendo que seguimos progresando? ¿A dónde es que estamos conduciendo el mundo? ¿De qué naturaleza es este progreso?".

Asdrúbal pensativo dijo:

– Verdaderamente te entiendo cuando dices que esta mujer es peculiar, pues la noticia que ha publicado lo es.

– También escribió uno sobre Al Qaeda.

– ¿Sobre Al Qaeda? ¿Qué tiene que ver?

– Tiene que ver si tú piensas en que algunas personas puedan ver a Al Qaeda como el brazo del islam regenerando este podrido mundo inmoral, pervertido y capitalista que debe ser destruido. Si se lo toma literalmente Al Qaeda, como la desaparición de las abejas, podrían representar el fin del mundo.

– Claro, es un poco traído de los pelos pero debemos estar listos para comprender lo incomprensible, como esta vigilancia sobre Montjuïc y Barcelona que nos han dado como misión nuestros periódicos, cosa que por mi parte no la termino de comprender a no ser por el punto de vista de la especulación inmobiliaria y poco más o menos, aunque sí advierto ciertos síntomas que me parecen curiosos. Y precisamente a esos asuntos curiosos y a avisar al público sobre ellos es a lo que se dedica nuestra amiga Nuria.

– Eso hace que trate, como tú decías, temas sobre ecología o el fin de una era que tanto abarca problemas ambientales como del islamismo, ya que he visto otros artículos de ella en la revista de Montjuïc que se refieren a las mismas o parecidas cuestiones. Da la impresión como si fuera catastrofista o algo por el estilo, y por lo poco que la conozco se nota que tiene un nivel intelectual alto y sus notas están bien escritas, al menos correctamente.

A lo que comentó Asdrúbal:

– No sé que decirte, no estoy acostumbrado a estas cuestiones de desaparición de civilizaciones y otras cosas similares, pero creo muy poco en este tipo de literatura que me parece más charlatanería que otra cosa.

– En todo caso, respondió Laia, me ha regalado una invitación para una conferencia de Iván de la Peña, un personaje en esta ciudad, al que los catalanes llaman "lo Pelat" y los sudamericanos con mayor gracia "el Budita".

– ¡Cómo no lo voy a conocer!, jugó con el Barça a lo campeón y nunca supe por qué se fue. Pero no se ha movido de Barcelona y ahora patea en el Español, que nunca ha estado mejor.

– Pues da una conferencia en el Museu Olímpic de l'Esport, en el mismo Montjuïc, hoy a las seis de la tarde.

– La verdad es que me intriga. ¡De qué podrá hablar el Budita a no ser de fútbol!

– Vayamos a oírlo si te parece.

Asdrúbal mirando hacia la puerta advirtió:

– Ahí llega John, ¿lo conoces?

– Sí, del Círculo de la Prensa, qué bueno que tengamos amigos comunes.

– Colabora en el Financial Globe; tiene su oficina allí enfrente, en la Torre Colón –se levantó de la silla y llamó a su colega y éste reconociéndolo se acercó. ¿Qué dices John? ¿No quieres comer con nosotros?

– Me parece muy buena idea, además está lleno el local y si no tendría que almorzar en la barra, y saludando a Laia preguntó: ¿Qué noticias hay hoy por aquí?

– Vino una amiga muy peculiar de Laia que nos ha dejado un dossierque parece interesante, y para llegar hasta aquí he querido estacionar el coche en Miramar, pero no me han dejado porque ahora es un parqueo privado de un hotel y restaurante que hay allí, cuando antes las gentes iban a disfrutar de las buenas vistas al mar. La especulación se está apoderando de todo, como tú dices, John, en tus artículos.

– Me han encargado que investigara sobre ello y que informara a mi periódico. Al Financial Globe cada vez le interesa más este tipo de asuntos en España, como lo de Marbella que son millones de euros, y que ahora se ha centrado en Cataluña, especialmente en sus costas.

– ¿No has vuelto por el Círculo?, preguntó Laia.

– Sí, respondió John, que en realidad se llamaba Joan (Juan en catalán), el cual había sido educado en Inglaterra y al que todo el mundo llamaba John y en su familia Johny. Y allí me han recomendado para mis investigaciones a un funcionario de relaciones públicas del Ayuntamiento, que resultó ser un hombre muy amplio e informado cuya conversación recayó sobre Montjuïc y que tiene conocimiento de muchos temas, que son los que ustedes investigan.

– ¿Cuáles?, preguntó Laia.

– La última vez que estuve con él me mostró unos grabados histórico-militares antiguos sobre Montjuïc y también me habló un poco acerca de la profusión de aguas que tiene en su interior, lo que siempre lo ha hecho muy importante para esta ciudad como gran reservorio.

Asdrúbal intervino:

– ¿Cómo se llama el funcionario?

– Jordi Rossell.

Y saltó Laia:

– ¿No me digas? Es el marido de mi prima la Montse. ¡Qué casualidad!

– Sí, qué curioso, tengo que verlo nuevamente pasado mañana para conversar sobre un gigantesco proyecto de un tal Trepat que quiere hacer una monstruosa isla artificial en pleno Mediterráneo, a 3 kilómetros de Barcelona en el mar, que funcionaría como un gran aeropuerto, un hub de conexión a toda Europa e incluso a América y Asia y donde, en esa isla, también habría una gran planta desalinizadora para proveer a Barcelona de agua para lavar y regar, incluso para el baño, que aliviaría mucho a la ciudad. Por otra parte funcionaría como centro de convenciones y turismo, grandes hoteles incluidos, con casinos, cartas y ruletas, con playas de arenas artificiales y muchos edificios de apartamentos que albergarían no sólo a los habitantes que trabajasen en la isla sino a los de Barcelona, que estarían a unos minutos de la ciudad unidos por una autopista de cuatro o seis carriles.

Laia se sorprendió.

¡Eso es un proyecto inmenso, increíble, no había oído hablar de él! Llamaré a mi prima la Montse y a Jordi para que me cuenten. Pero únicamente podría ser realidad financiado por algún país o emirato árabe.

Asdrúbal mirando a John preguntó:

– ¿Y quién es este Trepat?

– No lo sé con certeza. Parece que tuvo que abandonar Argentina apresuradamente dejando un tendal de deudas y que aquí fue procesado, acabando en la cárcel por fabricar juguetes que eran peligrosos para los niños. Tengo orden de investigar esto, pero sé que piensa sacar toda el agua potable para su proyecto de la ciudad de Barcelona, concretamente del Montjuïc.

6

Esa noche por medio de Internet se comunicaron Laia con Asdrúbal.

– ¿Qué te pareció el discurso de de la Peña?, dijo Laia.

– No tuvimos tiempo de comentarlo porque como te dije tenía que ir a la redacción, pero sabiendo esto de antemano tuve la previsión de grabarlo (en el mp3), y lo quería oír contigo.

– ¿Lo tienes a mano?

– Lo tengo en el portátil y lo podemos compartir:

"Como todos vosotros sabéis esta ciudad es un centro importante de fútbol por ser una ciudad central. Jugar por el centro, ya sea volcado hacia adelante o hacia atrás, por derechas o izquierdas nos es lo mismo, con catalanes o con gente de fuera, tal es mi caso, como ha sido siempre esta ciudad de acogida, que, sin embargo, no ha perdido ni un ápice de catalanidad. Representa siempre la escalada hacia adelante cuyo remate finalmente es el gol, preciosa retribución que reclamamos de nuestros contrarios".

– Ya a esta altura no lo entiendo. ¿Qué quiere decir?, dijo Asdrúbal deteniendo la grabación.

– A ver, sigue, déjalo que hable.

"Y así el fútbol siempre se ha contado por goles, que son los diferentes logros del ser humano, por no sólo mantener sino imponer el centro; no como cuestión política o forma de ver circunstancial, sino como un hecho clave que se traduce en muchísimos aspectos y que en lugar de expresarse por la violencia se manifiesta por distintos grados de la paz, cuyo último es el espiritual, hasta llegar a la auténtica Paz Suprema".

– Esto ya me parece loquísimo, sobre todo dicho por un futbolista, exclamó horrorizado Asdrúbal.

– Te confieso que a mí también, pero me da la impresión, y ya que fue Nuria la que nos facilitó las entradas, que algo raro hay en todo esto. Francamente yo tampoco lo entiendo y me sorprende. No obstante, no dejo de advertir un cariz político en el asunto, como si se superpusieran varios discursos. Uno de ellos es el de la catalanidad. Como tú sabes, en esta ciudad todos somos en mayor o menor grado catalanistas, lo que supone un amor por la forma de ser de la gente, su entorno urbano, sus mitos nacionales, incluso su lengua, que aunque sí la hablemos los catalanes, hemos tenido paradójicamente asimismo grandes escritores que se expresaban, o expresan, en castellano; hasta los extranjeros son catalanistas en esta ciudad, que incluye el Barrio Gótico, el Modernismo, el Ensanche, Montjuïc y toda la sierra de Collserola coronada por el Tibidabo, como parte activa de su catalanismo, un tanto folclórico, si se quiere.

– ¿Sois nacionalistas entonces?, preguntó el madrileño.

– No, y ya lo verás después de un tiempo de vida aquí. Ni nacionalistas ni independentistas, somos catalanes, simplemente eso. Y lo hemos tenido siempre a mucha honra; no es tampoco por la lengua, que también la hablan en Valencia, nada menos, y en las Baleares. Somos catalanes de Tarragona y de Lleida, de Girona, Martorell, Figueres y el Empordà, La Selva y mil parajes más cuyo centro es la montaña de Montserrat. Y muy ligados a los aragoneses, ya que fuimos parte de la Corona de Aragón, muchos de los cuales vinieron y vienen a estudiar aquí a la universidad, como es el caso de Salvador Roca, un amigo de toda la vida, que es más catalán que el propio Ensanche.

– Sigo con la grabación, dijo Asdrúbal.

"Lo que ha dado lugar aquí, en el Montjuïc de Barcelona, a esta extraña formación deportiva y metafísica a la que pertenecemos. Toda mi vida dedicada al deporte es como una gruta fresca por donde se oye el rumor de arroyuelos de agua cristalina y se puede descansar para las próximas jornadas deportivas, como fue la Atlántida según cuenta Platón".

Deteniendo nuevamente la grabación, Asdrúbal apuntó:

– Cada vez me parece más loco. Este tema de la Atlántida va apareciendo en medio de un discurso supuestamente deportivo.

– Y lo de Platón, ¿cómo se casa con el fútbol? ¿Le ves la relación?, apuntó Laia.

– Sigámoslo oyendo, dijo Asdrúbal.

"Esto fue antes de que los hombres se convirtieran en auténticos depredadores, lo que se castigó con su destrucción total. Y debería llevarnos a la reflexión dada la corrupción y la aparición del dios dinero en nuestros días, lo que está causando la destrucción de nuestro deporte y que vemos sobre todo los que hemos participado de otro momento futbolístico en este ciclo vital en el que nos hallamos. Palabra de cántabro".

Asdrúbal, estupefacto, murmuró:

– Sin comentarios. En este momento comienzo a pensar si esto no es una especie de trampa para nosotros, ya que gran parte de las entradas estaban numeradas, lo cual hacía a su charla como no muy pública. Por otro lado no estaba anunciada en los periódicos ni la vi señalada en ningún medio.

– Curioso, curioso y tal vez intrascendente, apuntó Laia.

– No lo sé, porque la sala estaba llena y los aplausos fueron nutridos.

– ¿Grabaste el final?

– Sí, ahí va.

"Brindo por el estadio de Montjuïc que ahora nos alberga y por el club deportivo Español, como por el Barça. Y brindo por la gran Cataluña y por todos los Clubes catalanes, el Lleida y el Nàstic de Tarragona, y por muchos otros pertenecientes a la Comunidad Secreta del Fútbol-Gol".

– Por favor, ¿qué es la Comunidad Secreta del Fútbol-Gol?, musitó el periodista apagando definitivamente la grabación.

– No sé si es intrascendente, pero el término metafísico que él mismo emplea justificaría su discurso.

– ¿Te parece que esto tiene alguna relación con la filosofía?, insistió Asdrúbal.

– Es que el término metafísica en muchos casos se vincula con lo que está más allá de lo físico, o sea con el mundo de lo misterioso, lo oculto, el más allá, lo cual justificaría tal vez el discurso mismo del que no hemos entendido nada en este momento.

– Ni jota, y si no fuera por ti y lo bella que eres yo ya no tendría nada que ver con todo esto, y estoy pensando en tirar la toalla, y sólo tú me detienes.

– ¿Todos los madrileños tiran tan bien los tejos?

– Es nuestra especialidad, así andamos por el mundo.

7

Era una luz fría la que se colaba por entre las ventanas del sótano de la librería. La Hermana Superiora ataviada con su túnica negra no parecía tan mayor como cuando la alumbraban las velas. Más bien tenía el aspecto de una joven hada iluminada por un entorno de colores claros, pero a pesar de todo ello su gravedad era proverbial:

– Hermana Nuria, ¿nos quieres contar qué tal ha ido con la misión respecto a la prensa?

– Como hemos podido ver, respondió Nuria, estos días la prensa se ha encargado de sembrar la alarma en el barrio sin necesidad de mi intervención. Sin embargo, he cumplido la misión encomendada. En primer lugar debo explicar que he conocido a una mujer amiga de la célebre profetisa popular del Montjuïc que me ha ido relatando acontecimientos futuros que aparecían a poco en el tiempo en las páginas de los periódicos, entre los que estaban mencionados los temas que nos afligen, es decir la devastación de la naturaleza, el aprovechamiento ilegal de las aguas y de los minerales que contiene esta montaña. Incluso me he encontrado varias veces con Salvador Roca, el profesor de Historia que se ha ido interesando en el tema y piensa escribir algo sobre él. En cuanto a los periodistas, quiero decir que creo que los tengo ya bastante intrigados. También como colega iré mañana al Círculo de la Prensa, a donde concurren a veces y donde hay otro periodista del Financial Globe, aunque es catalán, específicamente enviado para el tema del saqueo inmobiliario, en especial en el área costera y el Montjuïc y sobre todo en un proyecto descomunal previsto por un tal Trepat, un sinvergüenza disfrazado de caballero, y aún de benefactor, que está gestando, y tiene posibilidades de hacerlo, un delirio grandioso al que llama la primera isla artificial del Mediterráneo.

La Hermana Superiora retomó la palabra:

– Bien, prosigue tus investigaciones. Oigamos ahora la voz de la Hermana Margarita.

– Para comenzar, hace miles de años, en el período que geológicamente se llama Mioceno, un proceso de dilatación, o podríamos decir de disolución, provocó un hundimiento de la zona litoral de lo que hoy denominamos Cataluña, quedando todas las tierras bajas cubiertas por el agua.

Posteriormente, una contracción o coagulación se plasmó en movimientos que levantaron tierras, entre ellas la montaña de Montjuïc, que al final del Terciario, tras nuevos movimientos, se convierte en una isla.

Poco a poco, por la erosión que provocan los ríos y torrentes que bajan de Collserola, unidos a los sedimentos que traen las corrientes marinas y que la isla de Montjuïc ayuda a retener, se va formando una planicie que va ganando terreno al mar. Así, Montjuïc procura el lecho y retiene las aguas para un asentamiento de la Tradición.

Pues la mitología, es decir la historia en el tiempo siempre presente, nos cuenta que Hércules, el héroe civilizador, fundó en la península Ibérica varias colonias (Cádiz, Sevilla, Toledo, Tarazona, Tarragona, La Seu d'Urgell, Balaguer, Manresa, Vic…), y al llegar a nuestras costas subió a la montaña de Montjuïc y contempló entre los ríos Besós y Llobregat, el mar Mediterráneo y la sierra de Collserola, un paisaje lleno de olivos, pinares, almendros y laureles que se extendían por la planicie, y siete colinas: Táber, Monterols, Putxet, Creueta, Carmel, Muntanya Pelada y Turó de la Peira.

Fue también en Montjuïc donde al parecer recibió a un grupo de ilustres griegos que habían venido a su encuentro para que les ayudara en la guerra de Troya. Al llegar frente a la montaña, una gran tempestad había hundido todas las barcas excepto la de ellos, la novena, que había sobrevivido.

Hércules acepta el encargo y funda al mismo tiempo en el cerro de Montjuïc una colonia con los supervivientes de la barca nona.

Con el devenir, ya en lo que llamamos historia, encontramos en el monte poblados indígenas íberos, instalados ahí, dice Estanislau Roca Blanch, por la "singularidad de la montaña, como símbolo de unión entre el cielo y la tierra, así como por sus condiciones de defensa, las panorámicas y el dominio territorial". Pueblos que, como remarca Agustí Durán Sampere, hasta el 218 a.C. se habían desarrollado como sociedades independientes con un fuerte contacto con otros grupos como griegos, fenicios y cartagineses.

Más tarde, y después de diferentes vicisitudes, los layetanos de Montjuïc fueron pasando a ser ciudadanos romanos, bajando a vivir en el monte Táber donde se ubica la ciudad, cuyas casas, templos y muralla fueron edificados con la piedra que la madre montaña (Montjuïc) gestaba en sus entrañas, y cuyas aguas subterráneas han calmado muchas veces su sed brotando de sus fuentes, como la del "Geperut", "Tres Pins", "Pessetes", "Font del Gat" y "Font Trobada".

Por lo tanto Montjuïc es un cerro que se alza de las aguas proviniendo de "otro tiempo" (símbolo vertical), donde la Tradición fijará un pueblo. Pues Hércules reconoce el monte como un lugar significativo, análogo en su esencia al espíritu de la Tradición, y funda una colonia con aquéllos que quedaron después de la gran tempestad, volvió a explicar sin exasperarse la Hermana Margarita. Inmediatamente se detuvo, se sirvió un vaso de agua y lo bebió lentamente. Luego prosiguió:

– Hay constancia de extracciones de jaspe para la fabricación de utensilios; igualmente, en una revista del año 1882, L'Avenç, aparecía el dibujo de un dolmen que aún existía entonces en Montjuïc. Asimismo, se han encontrado silos o depósitos de grano excavados en el suelo cerca del antiguo puerto, situado al oeste de la montaña. Su falda albergó al menos siete ermitas, siendo las más antiguas las del Port (1031) y Sant Fruitós (1128); otras fueron las dedicadas a Sant Julià, Santa Eulàlia, Sant Ferriol y Sant Bertran. De todas ellas la única que se ha conservado es la de Santa Madrona (1605). También había masías donde se cultivaba sobre todo trigo de reconocida calidad, y numerosos huertos. En el año 1934 la agrupación "Hortelans de Montjuïc" tenía 637 socios y editaba la revista Montjuïc.

Así pues, esta montaña ha albergado a lo largo de milenios tanto a hombres recogidos en el silencio de su soledad, los ermitaños, como a distintas comunidades. Hecho que evidencia la fertilidad de su tierra en el sentido más amplio, la cual recibe por igual la luz y el calor del sol y el agua de la lluvia, que descendiendo de las montañas se filtra y corre por sus entrañas. Estas últimas, provenientes de Collserola y aun de los Pirineos, bajan mediante cursos que recogen a otros menores; el más destacado es "Riera Blanca", resultante de la unión de diversos torrentes y rieras pequeñas, y que al final acepta otras aportaciones más importantes, como son las del torrente de Escuder, de Sants y de la riera de Magòria, desembocando originariamente en las albuferas y estanques situados a la izquierda del Llobregat, por el lado suroeste de Montjuïc. Una parte muy importante de dichas aguas se infiltra en el suelo y al ser detenidas por las capas impermeables y subverticales de Montjuïc forma grandes lagunas subterráneas, las que al ser retenidas en el subsuelo no se pierden por la evaporación y se mantienen en perfectas condiciones de potabilidad. Y de las que no sólo los habitantes de la montaña pudieron gozar sino también los del llano.

En la Edad Media, continuó, (concretamente en 1313), cuando los pozos de Barcelona fueron insuficientes para abastecer a la población, acudieron a las aguas de Montjuïc conduciéndolas hasta la ciudad para cubrir sus necesidades, e igualmente subían a ella para beber el líquido vital que a través de las grietas de la gran roca se deslizaba saliendo al exterior en forma de fuentes, algunas de ellas con propiedades medicinales, como muestra lo que dejó escrito el Barón de Maldà en el siglo XVIII refiriéndose al agua de la "Font Trobada": "Fa proba als que han begut de la dita aigua, facilitant-los la orina i la purgació del ventrell; no le hé probada per no tenir-la menester".* Otras son la "Font d'en Conna", la de "Satàlia", la "Valquíria", "Esparver", "Guatlla", "Palmeres", etc.

Se aclaró la voz carraspeando, y siguió:

Con todo ello bien podemos imaginar sin mucho esfuerzo a Montjuïc como el cuerpo central, vertical, de una bella fuente con muchos caños, al modo de aquellas que existían en los jardines herméticos del Renacimiento.

Pero, así como esos vergeles sufrieron la acción del hombre en su condición profana y desacralizada, por otro lado propia del devenir del ciclo, también este jardín, este pequeño Todo que es Montjuïc, sigue los signos de los tiempos y muchas de sus fuentes han desaparecido, parte de sus aguas se han salinizado, y se ve al monte sólo como algo de lo que hay que sacar partido, algo susceptible de ser consumido, acabó la Hermana Margarita.

* "Aprovecha a los que han bebido dicha agua, facilitándoles la orina y la purgación del vientre; no la he probado por no tener necesidad".

8

Personalmente tengo mucha simpatía por Asdrúbal, que es tan incrédulo como yo. A Laia la admiro por bonita y graciosa, y a John lo estoy comenzando a conocer, pero me interesa mucho la tal Nuria, aunque todavía sé poco de ella.

Quiero asimismo testimoniar los hechos que a continuación describo e igualmente la contribución de la prensa, que, como estamos viendo, tuvo en todo esto una destacadísima actuación, al punto que se transformó en un elemento radical en los acontecimientos revolucionarios que culminaron con la defensa del Montjuïc por las donas de Barcelona y la inmensa transformación inmediata que obtuvieron en el medio social, económico y político, que no sólo se produjeron en la ciudad sino en otros lugares de España, y de los que me siento honrado en haber podido participar. Y principalmente la intervención de Nuria en todo esto que me iba relatando a la par que se publicaban en la prensa las noticias que ella vaticinaba repitiendo lo que decía un personaje misterioso llamado la pitonisa de Montjuïc.